Reivindicamos y hemos hecho un liberalismo de acera. De campus y chat. Nos gustaba y nos gusta un europeo ejemplar: Marco Pannella. Titán del liberalismo radical. Allà donde estemos cada uno de nosotros, sea cual sea nuestra nueva afiliación polÃtica, esa será nuestra referencia polÃtica y moral. En los partidos polÃticos o en la sociedad civil. Desde nuestros blogs o en la lucha polÃtica de partido. Entre el posibilismo y los principios irrenunciables. Desde un saludable reformismo gradualista que ahonde en la defensa de nuestras ideas (limitación del poder de los partidos y del Estado, libertad individual/ antiprohibicionismo, libre comercio, oportunidades vitales, Derechos Humanos, libertad de expresión, separación Estado-Religión…).
Para nosotros algunos principios son innegociables, la estrategia electoral o partidista y las etiquetas son, en cambio, sustantivas de cambios. Somos como nuestros amigos “radicali” unos anglosajones que hacemos polÃtica en el Mediterráneo. Unos tipos raros, implacables en la defensa de la heterodoxia liberal en un paÃs de ciudadanos sometidos. La tragedia de los liberales españoles es que los dos grandes bloques polÃticos (PP y PSOE) son prisioneros de la vieja polÃtica piramidal, heredera directa del caciquismo y la defensa de los intereses oligárquicos y reaccionarios. Modificar el status quo conservador (PP y PSOE) es también tarea de aquellos liberales que han decidido apostar por cambiar el modelo desde dentro, afiliándose a estos partidos. Ardua tarea que nos merece respeto y consideración.
Juventudes Liberales, como tal, ha decidido, en cambio, apostar por el proyecto de la UPyD. Creemos que en las actuales circunstancias la Tercera España debe arrimar el hombro, relegando maximalismos ideológicos y celos identitarios (etiquetas, siglas, espacios sin opción real) para que la opción transversal (de la izquierda de Euston al liberalismo progresista) que combate la agresión liberticida de los nacionalistas, o de la influencia de los nacionalistas como partido bisagra, sea fecunda.
No es la hora de los numantinos, es la hora de los españoles cosmopolitas y progresistas. En las próximas elecciones (gallegas, vascas y europeas) puede y debe consolidarse el proyecto polÃtico de la UPyD. El tiempo dirá y juzgará, pero a nosotros nadie nos reclamará que miramos para otro lado cuando un partido europeo, español, laico, liberal y progresista podÃa consolidarse como partido corrector del grisáceo mapa polÃtico español.
Nos queda reconocer el impulso original de Ciutadans, que sigue enarbolando en Cataluña la bandera de la ciudadanÃa postnacionalista. Ni nacionalistas catalanes, ni nacionalistas españoles. Como debe ser.
Por último enviamos un afectuoso saludo a todos aquellos amigos liberales-libertarios (liberistas) que no comparten nuestra decisión de disolvernos, y apoyar a la UPyD. Es bueno que haya liberales en la reserva polÃtica y siempre prestos a sacar el aguijón del inconformismo libertario. Desde los blogs, las redes sociales o colaborando en función de iniciativas concretas desde una estrategia transversal. Seguiremos juntos. Cada uno desde su libertad individual. Valor frente al desvalor.